La esperanza

Pero el 24 no era la fecha marcada para esos perrines.  El azar o el destino, sinónimos ambos, quiso que por allí pasasen unas verdaderas personas, que oyendo los sollozos lastimeros, se acercaron a ver dónde provenían tales llamadas agónicas.  De piedra y rabia tuvo que ser el momento en el que encontraron a los cachorrines, helados de frío ya y con la muerte señalándoles.  Los recogieron, los llevaron a su casa y les dieron calorcito para intentar reanimarlos.
Eran 6, 6 pequeñas grandes responsabilidades, así que a través del facebook, buscaron ayuda para repartirla.  La verdad que en menos de 2 horas, la ayuda ya había sido ofrecido para los 6 cachorritos.  2 serían llevados a una perra que había dado a luz hace poco, otros 2 se quedarían con sus adoptantes y nosotros serviríamos de casa de acogida para los otros 2.

Pero dada la delicada salud en la que se encontraban, no eran recomendable ese día hacerles dar más viajes, así que había que cruzar los dedos y tener la esperanza que la hipotermia no fuese irreversible.